Durante cuarenta años se han vertido desechos fecales al río Cofio y se han ido acumulando en el lecho del embalse de Robledo de Chavela. El problema se mantenía oculto mientras el agua fluía con normalidad, pero una avería en la presa ha destapado las toneladas de lodo acumuladas y lo que es peor ha provocado el vertido de esos lodos al cauce del río.
La zona del embalse está vigilada porque si alguna persona accede al lecho seco se hundiría en metros y metros de deshechos, una muerte casi segura. Tampoco está permitido el baño, y hay que tener en cuenta que el río vierte sus aguas en el pantano de San Juan. Además la zona tiene un gran valor medioambiental con especies tan poco habituales en Madrid como las nutrias que, sin duda, se verán afectadas.
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